De la oficina gris al lado creativo: cómo encontré mi camino en la danza y la bisutería

De la oficina gris al lado creativo: cómo encontré mi camino en la danza y la bisutería

A veces la vida nos lleva por caminos que parecen “seguros”, pero que en el fondo nos apagan poco a poco. Eso me pasó a mí: durante años me moví en un entorno laboral que no me motivaba, hasta que decidí apostar por lo creativo, por lo que realmente me hace vibrar: la bisutería y la danza.


El punto de partida: ansiedad y un trabajo que no me llenaba

En 2021, mientras terminaba mis últimas asignaturas en la Universidad de Valencia, trabajaba en mi primera empresa. La situación era complicada: me sentía sola, pequeña, y con ansiedad cada día. En la oficina casi no hablaba con nadie; las conversaciones se reducían a temas de trabajo y nadie se interesaba por cómo estaba realmente.

La incomodidad era tal, que cuando no me renovaron el contrato, lo agradecí. Antes de salir, mi responsable me dijo que mi desempeño era bueno, pero que “en equipo no funcionaba”. Era un alivio, porque en realidad yo tampoco sentía encajar.

A eso se sumaba una experiencia universitaria dura: un profesor me suspendía sin corregir mis textos y, pese a que yo entregaba todos los trabajos en el portal, sentía que luchaba contra una pared. Todo eso me desgastaba aún más.


La etapa en Ford: seguridad, pero también rutina

En marzo de ese año empecé en Ford, donde me consolidé en procedimientos, postventa y atención al cliente. Fue un aprendizaje valioso, sí, pero también me hizo reflexionar:

“¿Voy a estar toda la vida bajo el mando de alguien, midiendo KPIs y encuestas, para ganar un sueldo que apenas me permite vivir?”

Era una seguridad aparente, pero no una vida que me hiciera feliz.


La semilla de un sueño creativo

La idea de impartir clases de baile y de vender joyas no nació en ese momento: llevaba mucho tiempo dentro de mí. Sin embargo, el detonante fue septiembre de 2024, cuando recibí una nómina de 900 euros por 40 horas semanales.

Recursos Humanos justificó la situación diciendo que en septiembre se regulaban los porcentajes para la declaración de la renta. Pero todos sabemos que 900 euros no alcanzan ni el salario mínimo. Ese fue el punto de inflexión: me di cuenta de que no quería depender más de explicaciones que no me solucionaban nada.


De la frustración a la creación

Fue entonces cuando tomé la decisión: apostar en serio por mis dos pasiones.

  • Con Salem Bisutería, empecé a darle forma a colecciones únicas, participando en mercados y desfiles que me han permitido mostrar lo que llevo años creando con mis manos.

  • Con Loredana’s Dance Studio, decidí abrir mis clases al público, enseñando urban, afrofusion y heels a personas que, como yo, encuentran en el baile un espacio de libertad y expresión.

No ha sido un camino de grandes saltos, sino de pasos constantes. Subir de escala poco a poco, con esfuerzo, me ha demostrado que se puede transformar la frustración en creatividad.


Mi conclusión: apostar por lo que te da vida

Hoy sé que no quiero quedarme atrapada en un trabajo donde solo se me valore por un KPI o una estadística. Prefiero construir algo propio, aunque sea más difícil, porque ahí está mi verdadera motivación.

Y si alguien que lee esto se siente igual —atrapado en un trabajo que no le llena, apagado en un entorno sin alma— quiero decirle que no está solo. Siempre hay un camino alternativo, aunque dé miedo empezar.


🌙 Si quieres acompañarme en esta aventura creativa:

  • Descubre mis piezas únicas en [Salem Bisutería].

  • O únete a una clase en [Loredana’s Dance Studio] y vive la libertad del movimiento.

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